ELECCIONES EN CANADA

El cambio es el signo que impera en el Siglo XXI y Canadá no es la excepción, el domingo 22 de enero los canadienses se dieron cita en las urnas para votar por un nuevo gobierno que represente sus intereses.

Después de 12 años en el poder, el Partido Liberal encabezado por el hasta hoy Primer Ministro, Paul Martin, no pudo mantener la supremacía del Partido político canadiense que durante más años ha gobernado esta nación. Una de las razones principales de la debacle de los liberales en las elecciones, es debido a que salió a la luz pública varios escándalos de corrupción, en los que se relaciona al Gobierno Liberal con empresas proclives a este partido en la adjudicación de $250 millones de dólares para programas deportivos y culturales, con el objeto de mejorar el perfil de esa administración en la provincia de Québec.

Ante esta serie de actos de corrupción el electorado canadiense optó por un cambio y darle una oportunidad al partido Conservador encabezado por el nativo de la provincia de Alberta, Stephen Harper.

Los resultados de la elección no significan que el electorado canadiense apoye totalmente las políticas del Partido Conservador, simple y sencillamente es el resultado de un hartazgo de un gobierno que no supo cumplir con varias de sus promesas y se vio envuelto en una serie de irregularidades que pusieron en tela de juicio su continuidad.

Cabe destacar que el partido Conservador gano por una mínima diferencia y no pudo obtener una mayoría en el parlamento canadiense, obteniendo 124 escaños de un total de 308, seguidos de cerca por los liberales que obtuvieron 103, el partido secesionista de Québec, Bloc Quebecois obtuvo 51 escaños y el partido izquierdista Nueva Democracia logro consolidarse con 29 escaños, lo cual obliga a los conservadores a tender puentes y negociar con los distintos partidos políticos para implementar varias de sus propuestas.

El reto que tiene el nuevo Primer Ministro electo, Stephen Harper, es lograr consolidar un gobierno Conservador que tenga la habilidad de llevar adelante varias de sus propuestas políticas y económicas.

En ese sentido Harper deberá cumplir su promesa de mantener un gabinete compuesto por no más de 30 miembros, a comparación de los gabinetes liberales encabezados por Jean Chretien y Paul Martin que se destacaban por ser numerosos.

Asimismo, será interesante ver como cumple su promesa de rediseñar el pacto federal canadiense, el cual es un ambicioso proyecto que busca hacer cambios profundos desde la conformación del Acta Constitucional de esa nación. Lo que Harper pretende es firmar con las distintas provincias un nuevo Capitulo del federalismo en el cual se otorguen mayores libertades a las distintas provincias para que puedan intervenir en las decisiones sobre acuerdos internacionales que afecten su jurisdicción, así como darles mayor participación en el manejo tributario a nivel provincial.

Por otro lado, es importante señalar que una de las principales promesas de Harper es que la provincia de Québec tendrá el derecho de ser la única provincia canadiense en tener una representación independiente de Canadá ante la UNESCO y otras organizaciones francófonas. Harper también ha declarado que no aceptará ninguna pretensión de Québec para separarse de la federación y no se prestará a llevar a cabo algún referéndum de separación en el futuro.

En materia de política exterior, el gobierno Conservador buscará alinearse a ciertas posiciones del gobierno de los Estados Unidos, aunque en ese sentido Harper deberá mostrarse prudente para no demostrar un total apoyo a la administración de George Bush quien no goza de la simpatía de la mayoría de los canadienses. Los Conservadores deberán de ser muy cuidadosos en ese aspecto si es que desean mantenerse en el poder.

Uno de los primeros movimientos que hará Harper en materia de política exterior es nombrar a un nuevo embajador canadiense ante los Estados Unidos, por dos razones, la primera porque el actual embajador Frank McKenna es una de las principales piezas del partido Liberal y ya ha declarado su intención por contender a ser el nuevo líder de su partido, en sustitución de Paul Martin y la segunda porque esta posición política es una de las de mayor relevancia y estratégicas dentro del gobierno canadiense, al grado de que Harper en algún momento comento que el embajador canadiense ante Estados Unidos debería de tener el rango de Ministro dentro del gabinete. Bajo ese contexto, Harper deberá nombrar a uno de sus hombres de mayor confianza y con gran habilidad política para poder ser un interlocutor valido y que pueda recomponer las relaciones entre Canadá y Estados Unidos que se han visto afectadas con las últimas administraciones liberales.

La pregunta obligada es, cual será la posición del nuevo gobierno canadiense con respecto a México?. El Partido Conservador nunca ha sido proclive a que México sea parte de un proceso de integración norteamericano mas profundo, por el contrario, siempre se ha manifestado a que la integración sea solo entre Canadá y Estados Unidos.

Definitivamente el nuevo gobierno canadiense tiene una pobre visión sobre México y Latinoamérica, debido a su inexperiencia a nivel internacional y a que están enfocados en su relación bilateral con los Estados Unidos. Recordemos que la prioridad para el nuevo gobierno canadiense será recomponer su relación con la Unión Americana.

Por otro lado, en México ninguno de los candidatos de los partidos a la presidencia manifestaron alguna posición o comentario con respecto al proceso electoral del segundo socio más importante de nuestro país, eso nos indica que para México la relación con Canadá tampoco es prioritaria.

Desafortunadamente tanto México como Canadá siguen siendo rehenes de su relación con los Estados Unidos y no se han dado cuenta del potencial que hay en su relación bilateral.